Desaparecida en combate tras virus concatenados, invasión de piojos y curro, mucho curro. Agotada tras poner lavadoras y tener que planchar para deshacernos de posibles restos de los dichosos piojos, me tomé un té con el Papi. Yo le decía que había caído en un círculo en el que era incapaz de estar bien, ni con las nenas, conmigo, con él, con la casa, con la vida. «Eres muy exigente contigo… y por ende con los demás. Todo lo quieres hacer bien, buena comida, tener la ropa al día, la casa, tu trabajo, jugar con las niñas y tener tiempo para ti. Y no puedes, simplemente deja de exigirte tanto, porque te pones el listón tan alto cada día que al final acabas agotada.»
Y oyes, qué razón tiene el maromo. Soy mucho de leer, de leer sobre todas las cosas, desde todos los lados, de plantearme todo y a veces me olvido de fluir. He decidido relajarme y que si las nenas cenan tortilla dos días, pues no pasa nada. Porque ni soy perfecta, ni puedo serlo. Soy una madre que trata de sobrevivir a la maternidad.
Los primeros años estaban chupados. Ahora, con dos y un padre con el que consensuar la educación, es difícil. Me voy a equivocar, lo tengo claro, lo asumo y me perdono por ello. Vera está inmersa en los dos años, dos años con una personalidad muy, muy, muy fuerte, con los horarios de mierd… y con todo loquee conlleva que tenga una hermana mayor. Y sí, he llegado a pedir silencio a grito pelao. Algo que ni me planteaba.
Ahora brego con un healthy lifestyle, un work from home, el cole de las niñas, las niñas y el padre. Porque seamos sinceros, una de las cosas más difíciles de esta maternidad (para mi) es ponerse de acuerdo con el que puso el 50% para hacerlas. Y es que si paso yo el 90% del tiempo se me olvida que él también tiene palabra y no tiene por qué coincidir con la mía. Y mantener la chispa de la pareja y ser padres low cost es difícil de carayo.
No es fácil respetar tres personalidades tan fuertes en una casa (cuatro si me sumo yo) cada día. Y menos hacerlo mientras cocina, comidas, plancha, lavadoras, casa, curro, horarios, también entran dentro del trato, sin olvidarnos de encontrar tu hueco en todo eso, porque cuando cedes de tu tiempo a otra cosa colectiva… ahí ya, ya la has cagado.
Me cuesta, reconozco que soy muy perfeccionista para casi todo, puedo ser capaz de pasar mucho de todo, pero si me pongo a llevar las cosas «bien» me obsesiono. Y no puede ser. He decidido recuperar la risa, intento reírme de todo. Y para intentar capear el chaparrón de celos vi en Instagram que Bei (Tigriteando) lanzó un reto que me ha encantado: «#vestidapormipeque».
El reto consiste en dejar a tus retoños que elijan tu ropa durante una semana. Y hoy he dejado que Nora me vistiese y me ha sorprendido. Ella, encantada de la vida, me iba diciendo camino al cole: Qué guapa vas mamá! Su estrategia ha sido ponerme color, siempre visto de negro. Y fíjate tu, que cosa más sencilla, pues por fin una cosa que no implica enfados y sí sonrisas. He notado una conexión, como un clic y hoy no ha habido celos, ni gritos. La maternidad es una montaña rusa.
Vera, mientras, a su bola repartiendo plastilina por la casa… (¿algún truco para quitar plastilina de los vaqueros?), en fin, que he decidido sobrevivir, hacer sandwiches para cenar y si hace falta para comer, croquetas y lo que pueda, porque prefiero hacer las cosas peor y ser más feliz, que estar amargada haciendo siempre las cosas perfectas. Ohmmmm.
Ahí lo dejo…Feliz jueves a tod@s 🙂 Besitos y disfrutad del fin de semana. Y si os unís al reto de la ropa… aunque sea por un día… enseñadlo en insta!
hirosakicrea
Claro q sí, baja el ritmo, que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Y cuando sonríes estás preciosa, sobre todo vestida por Nora 😉
mariaddlor
Gracias 🙂
Verónica
A veces cuando te leo, siento que llevamos vidas paralelas. Te lo prometo, jajajaja!!!
No enserio, no es que sea tooodo igual, pero me identifico con gran parte de lo que dices.
Nos exigimos muuuuucho, y todo es por culpa de esta obsesión de competir, competir y competir que nos meten en vena desde que vamos a la escuela infantil. Y después de reventar tras estar agotada de querer ser perfecta te das cuenta que ni tú misma te crees que puedas dejar de «intertar serlo» es como si tiraran de ti dos cuerdas opuestas. Lo peor es que ves que todo el mundo a tu alrededor adora este sistema de campeones y vencidos y eso ya si que te deprime del todo.
Jooeer, si que me he quedado a gusto. Espero encontrar el equilibrio y que la maternidad, que tanto ansiaba, no acabe conmigo.
La verdad es que al escucharte siempre me recolocas mentalmente y es una ayuda ver como te lo tomas, ver como acabas viendo el lado positivo a todo, así que gracias.
mariaddlor
Jo gracias! Es que intentar luchar contra lo que hemos recibido y a la vez encajar y querer que tus hijas tengan la mejor madre del mundo, hacer tu trabajo como la mejor, tener a la pareja sana y la casa maravillosa y la vida de color de rosa es imposible. Hay días en que todo cuadra, pero hay otros que no y hay que saber encajarlos igual 🙂 Me alegro de poner una sonrisa o un relax en tu vida 🙂
La madre de la naranja
Pues aprovecha, porque es mejor sobrevivir!!!!! Yo hoy he llegado del cole con los enanos, y como yo no había comido ni ellos merendando, nos hemos montado una comida-merienda-cena que ha sido un gusto!!!!! Hemos cuarteado, para que t voy a engañar, pero ha sido genial y todos contentos!!!!!
Ánimo!!!! 🙂
noemi
Es tan perfecto ser imperfecta…y poder reírte de ti misma y recordar estos niveles de estrés con humor. Ánimo Mady. You will survive y además dejarás la huella de la felicidad y el querer hacer bien las cosas en tu familia.
mariaddlor
You always have the perfect word. Un besaco linda!
Mama piofaurio
Pues yo me apunto a tu nueva filosofía. El otro día me sorprendí agobiada porque el moño que llevaba mi hija vestida de Blancanieves no era tan chulo y perfecto como el de otras niñas. Luego paré, pensé y me regañe a mí misma. Mi niña era la Blancanieves más preciosa con sus rizos locos. Basta ya de agobiarnos a nosotras mismas!!
Bichilla
Ains, que podría haberlo escrito yo, todo esto. Sabes lo que he hecho yo hoy a las 20:30 h.? Ponerme unos tapones en los oídos. Por supuesto seguía oyendo llorar a Nora, pero al menos más amortiguada. Y cuando llevas unas 30 o 40 rabietas/berrinches por cosas absurdas o imposibles de llevar a cabo, cuando la complaces y automáticamente empieza a berrear de nuevo porque no lo has hecho exactamente en la posición que ella quería (por poner un ejemplo)… en esos momentos sólo te queda llorar o ponerte tapones! 😀
Súmale un niño de 4 años que te sigue reclamando cada segundo y que tiene también buenos pulmones y mucha mala leche, súmale efectivamente diferencias de pareja (por el estrés y el cansancio y el nulo tiempo para nosotros, ya sea juntos o por separado…)… Súmale lo que quieras. Es el caos.
Y eso que yo de perfeccionista tengo poco… Pero sí, aprendes a tragar y a ceder más de lo que pensabas que harías nunca. Porque si no es la muerte.
Mucho ánimo linda!!! Nosotras podemos, jajaja!! Besos!
Por cierto, a Nora le has dado a elegir entre todo tu armario?? Es que en el mío no se ve lo que hay, yo lo sé porque conozco mi ropa pero a Leo tendría que sacársela toda y extenderla en la cama o algo así…
mariaddlor
Jajajaj, tal cual. Pues es que tengo los vestidos en su armario y el resto en el mío, cuando empecé a curar en verano, como era de comercial tuve que renovar armario y lo hice con cabeza. Saqué mucha cacuela que hacía tiempo no me ponía, de tal manera que casi todo son básicos y cosas que me gustan. Lo dejé muy vacío. Todas las camisas en un lado, camisetas sueltas por otro y chaquetas, americanas y tal por otro. Y en la parte de abajo, extraíble, los pantalones y las faldas. Todo lo que no me queda bien lo quité. Entonces se ve, cuando abres el armario se ve casi todo a primera vista. Eso no quita para que tenga una esquina agujero negro donde meto cosas que hasta seis meses después no sé qué son. Y la ropa de verano en cajas, para que no haya mogollón. Y es que Nora se conoce mi armario, le encanta estar conmigo cuando me visto, así que yo creo que se lo sabe, jajajaja. Está siendo una experiencia genial 🙂
Un besote y ánimo!
diasde48horas
¿Sabes que me he sentido super identificada con todo lo que cuentas? Y eso que yo sólo tengo un bichito en casa, de momento. Pero también soy muy perfeccionista y si veo la casa desordenada o entro en la cocina por la mañana y veo los platos de la cena en el fregadero se me hincha la vena y ya me cabreo yo sóla… es difícil ser así. Intento pasar de todo, y si hoy la casa está hecha un desastre pues ya la recogeré mañana, pero a veces me es difícil conseguir ese estado zen.
Por cierto, Nora te ha dejado guapísima 😉
mariaddlor
Gracias 🙂 Jo, es que para mi, ahora mismo (antes me daba igual), el orden es paz. Y todo el caos que supone la maternidad lo llevo mejor en un entorno equilibrado, pero por más que quito muebles y demás, es imposible tener todo al día, imposible que esté más o menos ordenado con nenes de por medio…imposible.
mariaddlor
Un besote!
Mi Álter Ego
Pues no sabes cómo te envidio. A mí me cuesta mucho eso de decidir disfrutar y pasar un poco de las obligaciones que me auto-impongo. Un besote!!!!
Segundos Pasos
descansa que también hace falta! oye que bien vestida te dejo la peque ehhh
Mis tortuguitas
Al leerte me he visto totalmente reflejada…. la teoria me la sé…. pero ponerla en práctica es complicado… Pero la necesito!!!
Besotes!!!
María C.
Me encanta tu look!!!! Y me quedo con la frase de Noemí. Es tan perfecto ser imperfecta… 😉
Drew
Me suena tanto lo que cuentas… El niño, la casa, el trabajo, 2 cursos de formación y emprender… me quiero morir. El caso es que todo lo que tengo pendiente no me deja sentarme, relajarme y respirar, porque lo que quiero es quitarme tareas. Si no bajamos la exigencia creo que nos va a dar algo…
Besos guapa!