1. No es fácil, no es instantáneo pero es efectivo, es permanente y les ayuda a crecer como personas sociales. Para los padres es duro pero también es mejor a la larga. Gracias por explicarlo tan bien para que todos puedan ver lo positivo que es.

  2. Mama piofaurio

    Reconozco que yo a veces utilizo el mandar a Lucía al escaloncito a pensar, pero me gusta lo que planteas y hay cosas que hacemos parecidas, por ejemplo el no forzar a comer. Gracias por compartir tu experiencia!!

    • Gracias a ti guapa! Lo importante es que lo que hagamos es lo que elegimos y con lo que estamos de acuerdo. Cada familia es un mundo y cada niño un universo. No hay una regla general que nos haga perfectos en todos los sentidos 🙂 Un besete!!!

  3. sereducadora

    El castigo no me parece una venganza, porque el niño no te hace nada personal ni los uficientemente serio como para ‘vengar’ algo. Claro que, tu hablas de castigar en casa. Esta filosofía de no castigar en casa puede (o no) funcionar, por lo que cuentas muy al estilo supernnany sobre la responsabilidad y las consecuencias. Pero este método en una escuela es totalmente inviable, es imposible dialogar con uno mientras los otros 25 van a su bola, o se te están subiendo por las mesas.
    Me alegro de que te funcione, yo siempre he dicho que los límites son la clave!

    • Jajaja, no tiene nada que ver con Súper nanny, nada, yo ni premio ni castigo. Súper Nanny si tiene silla de pensar. Todo habitante de la casa tiene responsabilidades, hasta un bebé, tiene la obligación de ser extremadamente adorable… jaja, es coña. Obviamente un cole no es lo mismo, probablemente si vas a uno en el que ningún padre castiga, etiqueta, da cachetes o humilla a su hijo, seguramente en esa clase no haga falta. Cuando te encuentras con la diversificación de un cole normal, cada uno tiene sus técnicas. Nora nunca ha faltado al respeto a ningún profesor y flipa cuando un niño lo hace, igual que flipa cuando ve a un padre pegar a su hijo o tratarlo mal. Es cuestión de Cada uno.
      No es que me funcione a mi, la experiencia de mi entorno con este tipo de educación es una respuesta 100% positiva. No soy un caso raro, créeme. Eso sí, cuesta mucho, cuesta mucho más que un castigo y un cachete, lleva tiempo y coherencia. Cada uno hace lo que cree mejor para sus hijos. Mi experiencia como madre es que marcando límites desde el principio y manteniendo siempre el respeto a sus decisiones sin juzgarlo, con los años, al final ves los frutos de años de paciencia (infinita, y llorar de agotamiento) y respeto. Son cinco años de respeto, no son dos semanas, eso hay que tenerlo claro.

  4. Pues está muy bien tu técnica. La verdad es que se aprende mucho sabiendo que, si no hacemos las cosas, esto tendrá sus consecuencias. Un besote!!!!

  5. Me parece genial lo que haces. Yo he castigado, y aún a veces lo hago (cada vez menos) y lo he hecho sabiendo que no sirve para nada y estando totalmente en contra. Ya ves, cosas de madre de dos desesperada 🙂 Y es cierto, NO SIRVE DE NADA. No se aprende nada. Al menos nada bueno.

    Me flipa que Nora te pregunte dónde están sus calcetines, jajaja! Leo no llega a sus cajones, están muy altos para él. A veces pienso que debería hacer algo para tenerlo todo a su alcance, sería más autónomo, pero no puedo reamueblar la casa, no tenemos dinero ni espacio tampoco. Hay que poner cosas «hacia arriba» sí o sí. En la cocina igual, no me pueden ayudar a poner la mesa porque la encimera está muy alta y los cajones también. En fin, ya iremos solucionándolo. Un simple taburete, por ejemplo, pero me resisto también a dejar los cuchillos a su alcance… De momento bastante trabajamos con lo de guardar los juguetes! 😉 Y la verdad es que hay pequeñas cosas que parecen tonterías pero que ayudan también a que sean «mayores» y autónomos.

    Con lo de comer, mi problema es que Leo puede no comer (a mediodía) y aguantar hasta la siguiente comida… que es la merienda. Y la merienda siempre es fruta y galletas, o fruta y sandwich, y eso le gusta. Así que yo insisto bastante, que al menos lo pruebe, o negociamos unos pocos trozos o cucharadas. Lo que no soporto es que pida él algo concreto para luego no comerlo, me cabrea muchísimo.

    Me encantaría poner una mesa de paz para los conflictos entre ellos, y para que Leo pueda «enfadarse a gusto» allí. Pero veo a Nora muy pequeña, con dos años recién cumplidos y en plena fase rabietil-caprichosa no sé si sería mejor esperar un poco.

    Yo tengo que mejorar en mis prontos, en mis gritos a veces… Es que absorben taaanta energía…

    Me ha gustado mucho el post, yo creo sinceramente que ése es el camino. Veas los frutos más claramente o menos.

    Un besazo!

    • Claro Bichilla, que a mí no me funciona siempre. Hay veces que ha preferido no jugar en la habitación de juegos por no ordenarla, porque era imposible entrar, palabrita. Por eso insisto en que este tipo de educación requiere de mucha paciencia, porque no es en el instante, es con los años y la perseverancia. Nosotras tenemos semanas geniales y otras que son una locura. Y a mí esta forma de educar me ha llevado muchas lágrimas y todos nos quedamos en un momento del camino sin herramientas.
      Lo de la casa yo tuve la suerte de que nos mudáramos cuando Nora cumplió dos años y preparé en la medida de lo posible la casa para ellas. Mi salón es muy minimalista, jajajja y aún así, lo desordenan.
      Con tu Nora, como con Vera, mucha paciencia, empezamos a sembrar cositas que veremos en un año, y este nos toca respirar. Así que como dicen «respira, serás madre toda la vida». Un besote y ánimo!

  6. Mis tortuguitas

    Ostras…. que cosa mas simple, pero cuanta razón tienes!!!! El problema que tengo en casa con mis tortuguitas es que me cuesta horrores delegar… si lo sé, es mi culpa… al final lo hago todo yo porque me desespero y sé que acabo haciendolo antes que si lo tienen que hacer ellas… Pero me has abierto los ojos, no pasa nada si la casa no está recogida, me encanta que vean las consecuencias de no hacer sus cosas… Creo que a la larga es un super aprendizaje…. Gracias por esta entrada!!!
    Besotes!!!

  7. turanga

    Pues yo sí pongo consecuencias, y también da resultado. Lo pienso todo muy bien antes, siempre son cosas positivas y así se lo explico (por ejemplo apagar la tele), en absoluto es una venganza. Respeto tu forma de educar, pero me molesta que desprecieis otras maneras de actuar. Mis hijos respetan, yo les respeto y no les doy cachetes y no dudo en pedirles perdón cuando me equivoco. En la vida hay consecuencias, nuestros actos repercuten en los demás, y como todo, tu metodología tendrá puntos fuertes y otros más débiles. No funciona 100% si te lleva a la deseperación y a las lágrimas a menudo.
    Acabo de ver que has editado el mensaje original. Me alegro porque me he sentido catalogada.

  8. turanga

    Ser madre es duro, agotador y maravilloso también. Por desgracia hagmos lo que hagamos siempre seremos juzgadas, así que mejor hacer lo que nos parezca oportuno. Un saludo. ; )

  9. Me gusta mucho la manera que tienes de educar a tus hijas. Creo que si no haces que los niños participen en casa de pequeños con estas pequeñas cosas, van creciendo y nunca participan, y se convierten en desastres de mayores, pero como bien dices hay que tener mucha paciencia… Felicidades, creo que lo estas haciendo muy bien. (Eso espero porque así quiero yo educar a mi Lucy… jejejeje)

  10. muchas gracias por tu post, estabamos en un punto de gritos y castigos que no nos gustaba y no nos estaba funcionando, estamos intentando aplicar lo que cuentas y de momento nos va bien, aunque aun no han cogido responsabilidades si estan intentando solucionar sus conflictos con los juguetes y ver que si no recogen no sabran donde estan las cosas luego, estan mas calmados porque hay menos gritos y las cosas van mejor. besos

  11. Yo estoy de acuerdo contigo punto por punto, palabra por palabra. Nunca he pegado ni castigado a mi hijo… no te voy a decir que soy perfecta, algún grito sí que ha caído más de una vez… de hecho bastante más a menudo de lo que quisiera. Sin embargo mi marido sí es más de castigar y alguna vez que Redondo ha hecho de las suyas lo ha mandado a un ricón a pensar y que no se moviera de allí. En esos momentos yo no he dicho nada, por no llevarle la contraria delante del niño pero luego sí que lo hemos hablado. Le voy a enviar tu post al mail, a ver si se le van abriendo un poco las miras.
    Por cierto, los libros que comentas no los conocía, pero voy a mirar en la biblioteca a ver si los tienen… si no me compraré, al menos uno 🙂
    Muchas gracias!!

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