8 Comments

  1. Verónica

    A lo mejor no te gusta que te diga estas cosas…pero… siempre has sido una fuente de inspiración, no sé si te mola que te diga que eres un ejemplo, pero es que lo eres, un ejemplo de superación. Y es que lo que más me gusta de ti es que eres tan de verdad, jajaja, dices lo que sientes, no edulcoras, si te equivocas lo sueltas y lo mejor es que no paras de intentar mejorar en ser una persona mejor. Sin duda te admiro como humana 🙂 Tu ejemplo es un apoyo, Gracias Madi

    • Maria

      Muchas gracias 🙂 Al empezar a leer pensaba que me ibas a poner a parir o algo, jajajaja ¡cómo me va a sentar mal! Voy aprendiendo a recibir cumplidos y si sirve de algo, pues mejor todavía. Un besazo!

      • Verónica

        jajaja!! lo tendré en cuenta para la próxima vez, no mola eso del suspense en los comentarios XD

  2. opofitmum

    Por fin me animo a escribirte y eso que te leo desde entre apuntes y pañales!!!!! cuando yo no tenía ningún lagartijo por casa y ya voy camino del segundo jeje.
    Mucho ánimo, sé lo que es vivir con dolores constantes. Es jodido, muy jodido, sobre todo cuando intentas «parecer normal» y llegar a todo, cuando la gente no entiende que tienes un tope y no quieres (ni debes) pasarlo.
    Yo tengo una serie de -osis en la espalda diagnosticadas desde los 14 años con una minusvalía de un 37% y aún a mis 25 tengo que escuchar barbaridades tales como «yo te veo estupenda», «te la habrán regalado», «yo quiero esa minusvalía también», etc etc.
    Me voy a empezar a aplicar la regla de las 5 cucharas en lugar de forzar hasta que mi cuerpo me paraliza para que no siga.
    Sigue así de sincera y buena gente 🙂

    • Maria

      Muchas gracias! Sí, los comentarios y las miradas de «ésta le echa más cara que espalda» joden mucho, pero por un oído entran y por otro salen. Un besote y gracias por animarte a comentar! Disfruta de tu segundo lagartijo!

  3. Peter

    ES ESPERAR DEMASIADO

    Es esperar demasiado una vida sin dolor,
    es un error esperar una vida sin dolor,
    pues el dolor es la defensa de nuestro cuerpo.
    No importa cuanto nos disguste,
    a nadie le gusta el dolor,
    pero el dolor es importante,
    y ¡debemos estar agradecidos por él!

    ¿Qué otra cosa debemos saber
    para retirar la mano del fuego,
    el dedo del filo de la espada,
    o el pie de las espinas?
    Por eso el dolor es importante,
    y ¡debemos estar agradecidos por él!

    Sin embargo,
    hay un tipo de dolor que no sirve para nada:
    el dolor crónico,
    un dolor que no sirve a la defensa.
    Es una fuerza agresora,
    atacante desde el interior,
    destructora de la felicidad personal,
    belicoso enemigo de la capacidad personal,
    invasor incesante de la paz interior.
    Y ¡acoso continuo para la vida!

    El dolor crónico es el mayor obstáculo
    que la mente ha de vencer,
    superarlo es, a veces, casi imposible,
    y, sin embargo, es preciso intentarlo,
    volver a intentarlo,
    intentarlo una y otra vez,
    pues de lo contrario nos destrozará.

    Y de esta batalla saldrá algo positivo,
    la satisfacción de vencer al dolor.
    El logro de la felicidad y la paz,
    de la vida a pesar de él.
    Este es un logro verdadero,
    un logro especial y personal,
    un sentimiento de fortaleza,
    de fuerza interior,
    que hay que experimentar para poder comprenderlo.

    Así pues, tenemos que aceptar el dolor,
    incluso a veces el dolor destructivo,
    como parte del orden de las cosas.
    Y la mente puede conseguirlo,
    y se fortalecerá de ese modo.

    —-Jonathan Wilson Fuller—-

    Este poema lo escribió su autor cuando solamente tenía nueve años, y está incluido en el precioso libro del monje budista Ajahn Brahn, titulado «la vaca que lloraba y otros cuentos budistas acerca de la felicidad». Ojalá te inspire.

    Mucho ánimo María.

    https://books.google.es/books/about/La_vaca_que_lloraba.html?id=uh2jCgAAQBAJ&redir_esc=y

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