Un día sentí que tenía que haber otra manera. Primero conecté con esa idea y después me puse en marcha. Los ojos de Nora me lo pidieron, los de Vera me lo confirmaron. Algo en mi espalda se arregla en el momento en el que mente, corazón y piernas avanzan en la misma dirección. Todavía me quedan cosas por arreglar, me lo dice mi cuerpo, pero vamos en la buena dirección. En la buena porque es la nuestra.
Al tomar esa decisión a ciegas tuvimos miedo e incertidumbre, pero hemos sentido manos llenas de amor que nos recogían y nos daban la bienvenida al otro lado. Y ocurre que cuando abres tu corazón a la consciencia todo cambia. Cuando los rechazos son aceptados con amor, cuando los egos son aceptados con amor, cuando la ira es definida con amor, cuando luces y sombras son recibidas con amor todo cambia.
Te das cuenta de que los «saborizantes» que confunden los sentidos están para conseguir que no estés, para seguir en modo automático sin permitir que te plantees si ese avance es tuyo o es de otros. Y hay que ser valiente, este camino no es nada fácil, pero como decía Budha (o alguien tradujo): «El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección».
Estamos aprendiendo a ser tribu y eso es un regalo de la vida que no creí posible, pero las redes humanas son el sostén más alucinante que he conocido jamás. Y es maravilloso ver cómo esas ganas de dar son recibidas, pero más maravilloso es aprender a recibir.
Siento que en un mes he crecido 200 años, siento que la generosidad con la que me doy es la que llega a las demás personas y que cuando me quito, quito también al resto. Siento que es el cambio desde mí el que genera el efecto mariposa y cuando me doy amor ese amor, llega a los demás.
En mis orígenes por estos lares este es el tipo de entrada que solía escribir. Esos post que escribes cuando piensas que no hay nadie al otro lado. El formar parte de un proyecto como Voltereta ha sacudido mi ser. Las pequeñas criaturas te enseñan en dos horas lo que no te enseñan cinco libros. La inteligencia emocional viene de la mano de la aceptación y esto no hay asignatura o método docente que lo sustituya. Lo veo taaan claro.
Creo que en las dos últimas semanas he llorado más que durante el puerperio de Nora y me siento tan ligera, tan revuelta y tan llena de amor… que voy a estallar. Estoy sinestésica perdida, pero me encanta. Espero que al otro lado las vidas se estén llenando de amor con todo. Buenas noches y que cumpláis muchos sueños.
yoenelmundo
Mady! Sin conocer lo que hay detrás suena todo extraño pero… si a tí y a tu familia os va bien… bienvenido sea! Espero que sigas creciendo y llenándote de amor para tí y para dar.
(a mí me encantan estos post desde dentro, casi más como pensamientos en voz alta…)
Besazos